Los especialistas han visitado las cuevas de la cornisa cantábrica con arte rupestre, incluidas las de Ekain y Altxerri, para estudiar si las declaran Patrimonio de la Humanidad
RICARDO ALDARONDO
SAN SEBASTIÁN. DV. Durante la semana pasada un grupo de expertos, comandado por el especialista de la Universidad de Burdeos Jean Clottes, visitó las cuevas con arte prehistórico de la cornisa cantábrica, que en su conjunto optan a ser declaradas patrimonio de la humanidad. La visita comenzó por la cueva de Ekain que junto a la también guipuzcoana de Altxerri, forman parte de ese conjunto que completa la representación vasca con el añadido de Santimamiñe.
La visita dejó una sensación muy positiva en quienes acompañaron a los expertos, entre ellos la directora de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco, Arantza Arizmendi, el subdirector de Protección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, Luis Lafuente, y los antropólogos Jesús Altuna y Koro Mariezkurrena.
Jean Clottes, prehistoriador y conservador general del patrimonio francés, es el experto designado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (Icomos) para la redacción del informe que será utilizado por miembros de la Unesco en su decisión. Su informe será evaluado en la reunión de Icomos del próximo mes de febrero y durante la Asamblea Mundial de la Unesco, que se celebrará en el mes de julio del año que viene en Québec (Canadá), se dará a conocer la resolución.
El comité que acompañó a los expertos considera que quedaron muy positivamente sorprendidos con la visita. «Clottes ya conocía la cueva por una visita que hizo hace nueve años, como experto en arte rupestre», explica Jesús Altuna, responsable del comité científico de la Fundación Ekain y máximo impulsor del proyecto para crear un doble de la cueva de Zestoa. «En Ekain ha visto que la conservación es perfecta, y que además se conserva muy bien el entorno, que también es importante».
Programas de difusión
Clottes también conoció la réplica de Ekain Berri, que se está ultimando para su inauguración el año que viene, «y esto le agradó sobremanera, porque vio que habida cuenta del problema que tiene el arte rupestre, que no puede socializarse sin poner en riesgo su contenido, en Ekain se ha solucionado con un gran programa de difusión a través de la réplica. Valoró mucho que, además de la réplica, hay una amplia sala que va a ser un centro de arte paleolítico vasco, entroncado dentro del arte paleolítico occidental y especialmente de la cornisa cantábrica. También va a haber un centro de información amplio para el que quiera profundizar más, con programas interactivos, una sala de ordenadores, biblioteca, etcétera. Y esto le gustó mucho».
Las cuevas que han sido elegidas bajo el título Arte Rupestre de la Cornisa Cantábrica son las de Pindal, Candamo, Llonin y Tito Bustillo en Asturias; Chufín, Hornos de la Peña, La Pasiega, Las Monedas, El Pendo, La Garma, Covalanas y El Castillo, en Cantabria, y Ekain y Santimamiñe, en el País Vasco. Además, «también conocía la cueva de Altxerri y dijo que iba a incluirla en el informe de la Unesco», manifiesta Jesús Altuna. Aunque en principio se habla de 14 cuevas, el número total podría ampliarse a 16». En total se presentan alrededor de 40 candidaturas a la declaración de Patrimonio de la Humanidad. «Yo creo que hay muchas posibilidades de que este conjunto de cuevas de la cornisa cantábrica sea escogido, aunque hay que tener en cuenta que de esos 40 candidataos sólo se escogen siete». También cabe la posibilidad de que sólo se elijan algunas de las cuevas, pero es mucho menos probable.
La comisión valora distintos aspectos al analizar cada candidatura: «En primer lugar se valora la calidad del patrimonio, que tenga un interés en sí mismo. Luego está el estado de conservación y también las medidas de difusión de ese patrimonio. En el caso de monumentos arquitectónicos también influye la posibilidad de visitarlos, pero en cuevas con arte rupestre esto es difícil. Por eso las medidas de difusión de ese bien, como es el caso de Ekain Berri, es muy positivo para la designación», explica Altuna.
En el caso de los yacimientos con arte prehistórico, «el número de las figuras pintadas en la cueva y su calidad artística es muy importante, por supuesto». Jean Clottes, como especialista en arte rupestre, se interesa mucho por los datos que la propia pared ofrece al pintor prehistórico, es decir, el hecho de que determinados volúmenes de las rocas, las ranuras, grietas u hoyos hayan sido aprovechados por el pintor prehistórico para realizar su obra. Él tiene la teoría, compartida por otros muchos especialistas, de que el artista prehistórico podía ser algo parecido a lo que hoy conocemos como chamán, alguien que habla con la roca y a veces la roca le responde, y otras no. A Clottes le llamó la atención en Ekain que esto se nota mucho, en muchos lugares se ve que, antes de ser pintada, la roca pedía que ahí fuera un bisonte o un caballo, o una cabra».
La comisión también visitó Santimamiñe, en Vizcaya, que no se conserva tan bien como Ekain ni mucho menos. «Ha sufrido muchos avatares. Fue abierta al público y acudían todos los colegios e ikastolas a hacer su excursión con los niños, que sacaban poco provecho de la experiencia. Pero en Santimamiñe también se tomaron medidas de precaución, se cerró la cueva y se está realizando una excavación en el yacimiento, que Jean Clottes también vio y que contribuye a la valoración de esta cueva. Y también se está planteando la difusión de este bien cultural aunque sea a través de los procesos actuales de realidad virtual, utilizando la pequeña ermita de San Mamés que está allí mismo», explica Altuna.
Altxerri está perfectamente conservada porque nunca ha sido abierta al público. «El problema es que las figuras están a menudo en rincones muy escondidos y que la roca caliza es mucho más blanda, y la mayor parte de las figuras están grabadas en un mantillo de arcilla. Basta pasar el codo para borrar la pintura. Y por eso siempre ha estado cerrada, y su difusión es difícil, únicamente a través de las publicaciones que se han hecho».
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La cueva de los bisontes grabados en la arcilla.
Hasta que en 1956 comenzaron a construir una carretera cerca del caserío Altxerri, que finalmente le dio su nombre, no constaba que en los alrededores existiera una cueva. Seis años más tarde, tres miembros de Aranzadi descubrieron que aquella cavidad era la primera cueva guipuzcoana en la que se encontró arte parietal. Altxerri comenzó pronto a desvelar sus secretos a José Miguel de Barandiarán y a quienes compartieron y continuaron su trabajo. Situada en el término municipal de Aia, pero muy cerca del casco urbano de Orio, Altxerri es una cueva frágil a causa de su soporte arcilloso, que es precisamente el que el artista del Madgaleniense aprovechó para grabar imágenes de más de una docena de especies. Aunque el tema prioritario son los bisontes, pueden verse también animales poco comunes como lobos, zorros, sarrios, renos, antílopes o peces. La ubicación de los grabados y raspados y las menos abundantes pinturas -casi todas negras-, en galerías de difícil acceso, ha ayudado a su conservación, pese a que las características de la cueva no sean las más idóneas para ello.
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El santuario de los caballos.
Dos miembros del Grupo Cultural Antxieta de Azpeitia, Andoni Albizuri y Rafael Rezabal, localizaron en junio de 1969 una pequeña cueva en el término municipal de Deba, cerca del casco urbano de Zestoa. A medida que se adentraban en ella, descubrieron maravillados el que se ha considerado principal santuario del arte rupestre Magdaleniense (15.000-12.000 a.c.) en Gipuzkoa y uno de los mejores conjuntos de arte parietal de Europa, que comenzaron a estudiar a los pocos días del hallazgo José Miguel de Barandiarán y Jesús Altuna. En Ekain se han encontrado 70 figuras, 64 pintadas y seis grabadas. Aunque hay representaciones de media docena de especies, predominan los caballos, algunos de los cuales se encuentran agrupados en el que se ha considerado uno de los conjuntos de caballos más bellos del arte franco-cantábrico. Destaca en Ekain, que sólo ha sido accesible para los investigadores y ha estado custodiada por Aranzadi, el gran panel de la galería Zaldei, el mejor conjunto del santuario, que consta de doce caballos, cuatro bisontes, una cierva, una cabra y un pez. Esa será una de las piezas que podrá verse en la réplica de la cueva, cuya inauguración está prevista para el próximo año.
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