Las catas arqueológicas en el solar de Barrenechea descubren un muro. Todo hace indicar que el perímetro de la villa sería mayor del hasta ahora estimado.
15.03.08
URRETXU. DV.
FCO. JAVIER AGUADO GOÑI
Se ha procedido al derribo de una nueva casa solariega en el casco histórico, una de las que presumiblemente cerraban el perímetro de la Villa Real y, por tanto, que bien pudiera albergar en su solar información que contribuyera a saber más sobre el pasado de Urretxu.
Tras el derribo, arqueólogas de Arkeolan han estado operando en el suelo del edificio y se han encontrado con lo que se presupone es parte de la muralla y una recogida de aguas, datos estos oficiosos que requerirán de la debida confirmación.
Algunos restos de cerámica y otros elementos encontrados serán motivo de análisis, hasta que más adelante se emita el informe correspondiente de las catas arqueológicas llevadas a cabo esta semana. Una de las novedades podría consistir en que el tramo de muralla encontrado apunta su continuidad en dirección al edificio colindante, lo que ampliaría el espacio interior de la Villa Real unos cuantos metros más de los que hasta ahora se le adjudicaban.
El solar de Barrenechea data de mediados del siglo XVI y perteneció a la familia Barrenechea, de quien tomó el nombre. El edificio ha llegado a nuestros días muy transformado. Consultado el archivo municipal, éste indica que «en este edificio existe otro aspecto a destacar. El friso existente encima de la portalada que va de lado a lado de la casa. Es una práctica renacentista de más tarde del siglo XVI. Por lo visto fue bastante común a las mejores casas solariegas de Urretxu. También existió en Lizarazuetxea (casa del Bar Navarro), casa Faktorekua (recientemente restaurada), Bikariokoa (casa de los curas) y Arteaganea (casa del Jay Alay), donde todavía se puede contemplar».
También indica que «respecto a la portalada, apuntar que es similar a las existentes en la calle Abajo: Galdosenea, Faktorekua y Bikariokoa, de arco dovelado de medio punto. Es curioso reseñar que este tipo de portalada sólo haya quedado en la calle Abajo y no en la de Arriba. En Zumarraga quedan muy pocos ejemplos: dos en el barrio de Zufiaur y, por lo menos, una en el barrio de Eizaga».
Los Barrenechea fueron una de las familias que en el siglo XVI se dedicaron al comercio. En realidad fueron varias las familias con ese apellido existentes en la calle de Villarreal, siendo bastante difícil pormenorizar exactamente cuál es la rama original.
Parece ser que la casa pasó en el siglo XVII a poder del capitán Diego Martínez de Vicuña, casado con María Juánez Cortaberría Arrenechea. En realidad, la casa pertenecía a esta última por herencia de su madre. Y en el siglo XVIII pasó a su nieto Juan Arteaga Martínez de Vicuña.
Patrimonio cultural
Mertxe Urteaga y Eliseo Gil Zubillaga expusieron en su día en Urretxu los contenidos de las primeras evaluaciones que llevaron a cabo tras las catas realizadas en los dos primeros solares del casco viejo de la población, al arrancar la fase de rehabilitación.
De entre lo que en aquella ocasión se presentó, Mertxe Urteaga dejó sentado y comprobado que «la Villa Real de Urrechua no soló tuvo muralla, sino que ésta estuvo acompañada de un foso por el que discurrió el agua, presumiblemente tomada de las corrientes que llegan de la montaña».
Eliseo Gil completó la exposición aportando información sobre los trabajos realizados en los suelos de los solares, ambos limítrofes al perímetro del muro y parte de la cárcava actual, que arrojó información sobre el tipo de alimentación, donde destaca la cabaña bovina y escasamente la de cerdo. Indicó que se había encontrado en aquella ocasión «algún herraje y parte de zapato de cuero; cerámica popular en tonalidades verdes y azules de origen aragonés, y de entre ésta platos, ollas y muchos cuencos. También se encontró una moneda de vellón de entre el siglo XV y XVI».
Tras aquella primera actuación que permitió la ley de patrimonio del 90, a medida que se avanza en la renovación del casco histórico se van sucediendo diversas actuaciones similares, que vienen a completar con más datos la información que ya se ha empezado a recopilar y que contribuirá a dar una idea más concreta de cómo fue Urretxu en el pasado.
Con todo, el municipio debe aspirar a poder mostrar su historia y su patrimonio, cuando corresponda, en el propio Urretxu, como atractivo y aliciente para propios y ajenos.
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