La vida de San Martín de Loinaz ha sido plasmada en varios libros y en un cómic. El martes, Beasain festejará a su patrón, disputado por tres municipios.
J.U.
BEASAIN. DV.
El próximo martes el municipio beasaindarra festejará a su patrón Martín de Loinaz y Amunabarro. Un beasaindarra cuya vida y orígenes han sido objeto de pleito y discusión durante largos años y especialmente en aquellas décadas en las que destacaba más el querer atribuirse ese derecho de tener un hijo del pueblo elevado a los altares, mucho más que divulgar su mensaje de defensa de los más desfavorecidos.
Martín de Loinaz, nacido en 1566 en el caserío Amunabarro (hoy día ubicado tras la basílica) y muerto alanceado en Japón un 5 de febrero de 1597, estudió y dio clases en la Universidad de Alcalá de Henares, tomando el hábito franciscano. En el afán de aventura, de conocer el nuevo mundo, le llevó a Japón donde destacó en su defensa de los derechos de los más desfavorecidos.
De todos es conocido el pleito mantenido tras su muerte entre Beasain y Bergara, terciando también el municipio vizcaino de Ibarrangelua.
Esta realidad ha dado lugar a que sobre el santo beasaindarra, sobre su vida y obras y en torno a la disputa sobre su patria, se han vertido ríos de tinta plasmados en manuscritos, declaraciones, manifiestos y una serie de libros y hasta un bien realizado cómic presentado en 1997 en los actos de Loinatz-97. Los libros y manuscritos de más antigüedad datan en torno a 1700; el último es el publicado por el historiador franciscano Martín Mendizabal titulado Un guipuzcoano ignorado San Martín de la Ascensión Loinaz y Amunabarro. En el S.XX vieron la luz otras tres publicaciones en torno al tema. También terciaron las firmas de Pablo Gorosabel o Serapio Mujika entre las de los muchos escritos.
50 veces en JJ GG
Además el santo beasaindarra ha estado presente en más de medio centenar de órdenes del día de las distintas reuniones celebradas por las Juntas Generales de Gipuzkoa desde 1656 hasta la celebrada en Beasain por vez primera el año 1997. Las Juntas Generales de Gipuzkoa celebradas en 1842 en Oñati acordaron levantar la actual basílica en forma de cruz griega siendo su coste de 88.000 reales de vellón de los que 66.000 abonó la Diputación Provincial y 22.000 el municipio.
Beasain además le dedicó su plaza principal y la estatua, obra del escultor Amador Lucarini, ubicada en el Paseo de Gernika, levantada por suscripción popular en 1962.
En torno a la plaza relatan los archivos municipales que instaurada la Republica, el Ayuntamiento beasaindarra procedió a cambiar la denominación de algunas calles sustituyéndolas por las de líderes socialistas. A la Plaza San Martín de Loinaz se le pretendía poner Plaza de la República, y es cuando el pueblo se echó encima y el Ayuntamiento se vio obligado a desistir de la idea, trasladando el cambio a la hoy de Bideluze y antaño, en la etapa anterior, Plaza de España.
Misa y volteo
La misa en honor al santo se celebrará el martes a las 11 de la mañana en la Parroquia de la Asunción, presidida por el beasaindarra Arturo García y concelebrada por los sacerdotes del Goierri. La novena se dará por finalizada la víspera con el canto de la Salve. Al festejo beasaindarra, como sucede cada 4 de febrero, se unirá Ordizia a donde llegó la noticia de su martirio, dedicando el mejor de sus volteos de las campanas de su parroquia a su convecino el que luego sería San Martín de Loinaz.
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