Antaño todos controlaban el santoral al dedillo. Hoy en día ni las generaciones jóvenes ni las intermedias controlamos el santo de cada día. Así que muchos caerán en la cuenta al leer este artículo de que hoy, 22 de enero, es San Vicente. Y al diácono y mártir perseguido por Diocleciano está dedicado el templo más antiguo de la ciudad.
MIKEL G. GURPEGUI
El pedrigree donostiarra de San Vicente no se debe sólo a su longevidad. La parroquia fue centro de la actividad local en épocas lejanas, puesto que muchos gremios tenían en San Vicente su cofradía, y hasta está en el origen de la expresión koxkero. Con la palabra koxkas se conoció las piedras salientes del templo. Y de aquellas koxkas pasó a llamarse koxkeros a los donostiarras bautizados en San Vicente, frente a los josemaritarras pertenecientes a la otra parroquia, la de Santa María.
Sobre esa dualidad entre koxkeros y josemaritarras hizo un comentario interesante Inzagaray en su Historia eclesiástica de San Sebastián, que viene al caso en estos días de resaca tamborrera. «En la gran masa donostiarra, profundamente conocida, hemos observado siempre dos campos psicológicamente opuestos. Puede aún perseverar, sin ilación, la especificación del várdulo y del gascón. Parte de esa masa (...) es muy modesta, exornada con el rubor honestísimo, que nunca se atreve a inmiscuirse en asuntos que desembocan en lo trágico o en lo voluptuosamente terrenal. A esta masa pertenece el donostiarra lotsati. La otra parte de la masa donostiarra es orgullosa, altanera, bien ardiente y regatona, sin menoscabo nunca de su exhibición. El individuo de esta masa es ordinariamente el tambor mayor o el bastonero del baile de la tamborrada. (...) El feligrés de San Vicente es el donostiarra lotsati; el feligrés de Santa María, el bastonero...».
Los orígenes de la iglesia se pierden en la noche de los tiempos. Un documento de 1178 incluye la primera referencia clara, aunque también la hay en otro, de 1014, sobre el que existen dudas. En todo caso, pocos detalles se saben de aquel primitivo templo, que fue sustituido por el actual en unas obras que empezaron en 1507.
Los últimos siete vicarios de San Vicente, los que han prestado su servicio a la Parte Vieja a lo largo del siglo XX, han sido José Sotero, Vicente Barrena, Ramón Ormaechea, Jesús Azcue, Jesús Aldanondo, Francisco Labaca y Félix Garitano.
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