Si bién hoy día los Carnavales más famosos de Guipúzcoa (y del País Vasco) son los de Tolosa, antes lo fueron los donostiarras, (que tampoco es que ahora se queden atrás). De los Carnavales donostiarras, que eran comparados con los de Venecia, entonces considerados los mejores del mundo, surgieron dos comparsas que acabaron convirtiendose en fiestas aparte, adelantandose unos días cada una: La Tamborrada y Caldereros.
Aquí expongo un comentario que escribió el historiador Serapio Múgica en 1918 sobre los Carnavales de San Sebastián en el siglo anterior.
Carnaval de San Sebastián de 1908. Carroza "La Construcción".(Foto de www.euskonews.com)
"También los donostiarras de todo tiempo han celebrado los días de Carnaval y han dado rienda suelta a su ingenio para organizar cabalgatas y fiestas de conjunto que siempre alcanzaban gran éxito. Antes del saqueo de 1813 ya recorrían estas comparsas las calles de la ciudad; aquel saqueo y la guerra que fue su causa, impidieron que lucieran durante algunos años, pero apenas terminó la lucha ya volvieron a salir. El jueves de Carnaval de 1816 salió una estudiantina, para la que el poeta popular donostiarra José Vicente de Echegaray, vate imprescindible en todos los casos semejantes, escribió una tirana de doce cuartetas y un estribillo; al domingo siguiente, una comparsa de majos y toreros cantó otras coplas del mismo autor, y el lunes se dio a conocer una comparsa de ciegos valencianos. En Febrero de 1817 hubo otra mascarada de ciegos valencianos y un arzaigokia o comparsa de pastores. En Enero de 1818 hubo comparsa de jardineros y una estudiantina, y en 1819 una comparsa de sastres; en el año siguiente salió también una estudiantina y se celebró la segunda comparsa pastoril; en 1827 se celebraron los carnavales con comparsas de gitanos andaluces, y de zapateros y estudiantinas; en 1828 hubo tercera comparsa de pastores y primera de caldereros turcos; en 1829, una comparsa de griegos y turcos, con baile, música militar y canto, representó El Triunfo del defensor de la Cruz Demetrio Ipsilanti, y al año siguiente hubo comparsas de ciegos valencianos, de oficios o artesanos, de panaderos franceses y de manolos; en 1832, comparsa de jardineros y otra de oficios varios; en 1833, comparsa alegórica a la jura de la Princesa de Asturias; en 1839 una comparsa alegórica; en 1841, comparsa de jardineros; a los dos años, comparsas de oficios y de gitanos andaluces; en 1845, comparsa de valencianos, y al año siguiente, de oficios o artesanos; en-1848, comparsa de peregrinos; en 1850, de peregrinos y de jardineros; en 1866, una comparsa en honor de Mari, que murió en Enero de aquel año al acudir en socorro de -unos náufragos; en 1867 se celebró por vez primera el entierro de la sardina, y en 1869 recorrió las calles una carroza en la que aparecía reproducido el cuadro de la ejecución de «Los Comuneros de Castilla» y otra alusiva al triunfo de la libertad en España.
Durante la última guerra civil (III Guerra Carlista (1872-1876)) y en los años que siguieron no hubo comparsas de mérito, pero en 1881 algunas sociedades populares las pusieron de nuevo en vigor, y en 1882, en 1883 y otros, se celebraron con la fastuosidad acostumbrada. En el carnaval de 1900 salieron a la calle espléndidas comparsas con muchas carrozas de las sociedades y de los industriales, bandas, heraldos, grupos originalísimos de chipirones, lampernas, muskullus, dragones, acompañantes de a pié, a caballo y bicicleta, etc., todo ello magníficamente construido y dispuesto bajo la dirección de arquitectos y artistas donostiarras."
Carnaval de San Sebastián del año 1908. Carroza de cafeteros.(Foto de www.euskonews.com)
"No es éste apropiado lugar para que nos entretengamos en dar detalles de ninguno de los festejos, pero sí hemos de advertir que todas esas comparsas estaban muy bien organizadas, preparadas con verdadera esplendidez de trajes y músicas, y presentadas a la perfección. La música era elemento indispensable. y el poeta Echegaray, varias veces citado, era quien casi siempre escribió las letras alusivas a las canciones, hasta que le sorprendió la muerte. Las sociedades populares La Unión Artesana, La Fraternal y otras de esta índole eran muchas veces las organizadoras."
Geografía de Guipúzcoa II, Serapio Mugica Zufiria (1918)
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